Comer y no engordar: por qué sucede
¿Quién de nosotros no tiene un amigo/o que lo sigue teniendo? comer de todo sin engordar? ¿Cuál será su secreto, un metabolismo rápido? Sin envidia, según la ciencia, al menos la más reciente, el truco está relacionado con la eficiencia de sus células grasas.
Antes de hablar del estudio en cuestión, sin embargo, centrémonos en las funciones de nuestro organismo: es cierto, de hecho, que muy a menudo vemos personas que, a pesar de comer mucho, logran mantener su peso, pero ¿por qué extraña razón? no suben de peso? ¿Queman todo porque practican tanta actividad física o hay algo más? Como leemos en Metodoacpg.it, para explicarlo podemos partir de una suposición simple: cuando comemos introducimos alimentos en nuestro cuerpo, que, sin embargo, en realidad se integran en nuestro cuerpo solo cuando pasan por el intestino y llegan al torrente sanguíneo.
Mientras la comida permanezca en el tubo intestinal, seguirá siendo externa al cuerpo y podrá ser expulsada. Por otro lado, cuando los nutrientes después de la digestión son absorbidos desde el intestino hacia la sangre, llegan a todo el organismo, del cual realmente se convierten en parte. Algunas personas, por lo tanto, pueden tener una alteración de la absorción intestinal. Por esta razón, no aumentan de peso visiblemente, aunque comen mucho. Sin embargo, la explicación de este fenómeno no es única, existen diferentes puntos de vista sobre el tema.
yo estudio
De hecho, otra explicación nos la proporciona un estudio reciente, publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, que aclara el por qué de esta 'suerte'. Son las células grasas presentes en las personas delgadas, genéticamente más eficientes, las que afectan su apariencia física. El equipo del Instituto Nestlé de Ciencias de la Salud de Suiza analizó un total de 60 sujetos, incluidos 30 que permanecían muy delgados, con un índice de masa corporal de 18,5 o inferior. Los participantes no tenían trastornos alimentarios, comían y hacían ejercicio normalmente.
A todos los participantes del estudio, independientemente del grupo al que pertenezcan, se les pidió que consumieran una dieta caracterizada por: 48% carbohidratos, 37% lípidos, 15% proteínas. En el grupo experimental (los 30 sujetos más delgados), sin embargo, se observó una mayor frecuencia tanto en el consumo de snacks como en el aporte calórico de estos últimos. En promedio, la dieta seguida durante el período de observación aportó 600 calorías más que los parámetros diarios a los que estaban acostumbrados los sujetos monitoreados. Después de eso, se extrajo una pequeña cantidad de grasa del estómago para su análisis, junto con muestras de sangre, orina y heces.
Resultados
Los investigadores encontraron que el células grasas del gente delgada tenían expresiones anormalmente altas de genes involucrados tanto en la descomposición como en la producción de grasa. Además, las células grasas de las personas delgadas eran un 40% más pequeñas que las de las personas de peso normal. Los resultados también mostraron que estas células tienen mitocondrias más activas, partes que usan energía para empujar a las células a descomponerse y renovarse, y debido a que las mitocondrias funcionan a un nivel más alto, las células grasas se descomponen y reconstruyen moléculas de manera más eficiente.
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